Mutter

Mamá, tu hija se quiere morir.
Quiere que la encuentren en un charco de sangre
En el piso del baño de algún lugar
Que la ducha este abierta, que salga agua fría
Porque la caliente se termino hace horas
Quiere que la encuentren rodeada de blisters de pastillas vacíos
Con una botella de vodka a medio terminar
Quiere que la encuentren con el pelo mojado, con olor a alcohol y con las venas abiertas de par en par.
Quiere que se echen la culpa, que se sientan mal
Que se miren de verdad y se pregunten si pudieron hacer algo más
Quiere que la alcen y la abracen mientras intentan hacerla respirar, que le acaricien el pelo mientras se va
Mamá, tu hija no se quiere morir pero tampoco se quiere quedar. 

Me siento como...
si me estuvieran dejando detrás,
de nuevo.
Y ahora me hace tan débil.
No puedo soportarlo,
no otra vez.
No quiero ayuda,
pero la necesito.

Y yo no lo necesito a él,
ni a ellas,
ni a ellos,
no sé lo que necesito,
porque nadie me necesita.

Fue hermoso,
durante un tiempo.
Y ahora duele,
duele tanto.
Tantísimo.

En pocos días, en poco tiempo, esto... tiene que parar.
Deténganlo. Detenganme.

Estando con él, ya no necesito de almohadas, ni peluches, ni frazadas.
Necesito sus brazos fuertes, sus cuentos para darme sueño, sus pseudo intentos de hacerme cosquillas.
Necesito dormirme en ese rincón entre su hombro y su cuello, ese rincón en el que solamente puedo estar yo, que es solamente mío. Respirar su perfume, besarlo un poco, sentirlo cerca. Necesito enredar nuestras piernas, empujarnos porque uno ocupa más lugar en la cama, taparnos hasta la cabeza y hablar debajo de las sabanas.
Necesito que sean las cuatro de la mañana y nos estemos riendo del miedo que nos provoca la oscuridad. Necesito cada mañana encontrarlo ahí, a mi lado, que me mire con los ojos todavía dormidos y me diga “buenos días mi amor”, y que de repente se vuelva a quedar dormido.
Necesito que me bese, que me diga “en un rato me levanto”, y que un rato sean dos horas.

Desde que pude dormir con él, me di cuenta que el amor va más allá de lo que pensaba, que a veces dormir con alguien puede ser mucho más que solo dormir, que tener novio es mucho más que besarse y tener sexo.

Desde que estoy con él, me di cuenta, que alguien al menos puede hacerme feliz.

Felices siete meses mi amor, y te agradezco por todo lo que me haz hecho sentir.

Él. Es una llave. 

Abrió una puerta hacía un mundo de recuerdos, a una parte de mí que no sabía que existía. Y a veces intento entrar, a veces intento recordar más de lo que verdaderamente puedo. Cierro los ojos y dejo que los recuerdos me llenen, para que entren en mí y no salgan nunca más. Es entonces cuando me pierdo, cuando me alejo, cuando me distancio de la realidad. 

Lo que fui, lo que soy, lo que seré. 

Las luces naranjas en el cielo, la mirada ida, la respiración agitada, con el corazón en la garganta. Hay algo, en alguna parte, que quiere salir, que esta gritando, que está atrapado. 

Hay un recuerdo tan fuerte que lo olvide por completo.

Pero no puedo ir más allá de las luces naranjas, porque existe la posibilidad de que no vuelva nunca, de que la realidad deje de ser real y me vaya hacía un mundo 

del que no pueda salir jamás. 

La simple idea, el hecho de que, en algún momento, alguna noche, alguna vez, tenga que ver mi cuerpo, verme desnuda, tocarme, me asusta. Me aterroriza hasta el punto de quererme morir. Haga que pare, por favor, por favor.

Ya son cuatro las veces que me escucha llorar, que me abraza mientras le explico todo lo que me pasa. Pero cómo decirle... que me siento sola, a pesar de tenerlo a mi lado? Que siento que no me quiere, que nunca van a ser suficientes ni los abrazos ni los besos? Que tengo un agujero negro tanto en la memoria como en el corazón y cada vez es más grande y más profundo? Cómo decirle que cada mañana es una pelea contra mis instintos suicidas? Cómo le digo que me contagia sus ganas de vivir y que las odio?

Y sí, si estoy acá es porque esas veces en que todo se salía de control, pensaba en él, en su sonrisa, en su voz, sus brazos. Ay, estos vacíos, estás lagrimas, estás ganas locas de morir, como cansannnnn.

Pero vos decime, ¿cómo le explico que me quiero morir y que él es, simplemente, un obstáculo?

He intentado en vano hablar con mis amigos, expresarme más que nada, acerca de cómo me siento respecto a mi familia. Nunca me gusto demasiado contarle a mis amigos sobre mis sentimientos, si estoy mal, si estoy bien, si me duele, si no me duele; es algo que a los demás realmente nunca les importa. Porque uno ya tiene suficiente con los problemas propios, como para tener que aguantarse a alguien más mariconeando con algo respecto a su vida.

También odio las respuestas que recibo, casi siempre son las mismas. "Podrías estar peor", pero no, flaco, esto me esta pasando a mi, este es mi mal momento, esto es lo "peor". "Tenes que verle el lado bueno"... me parece que, por ahora, solamente quiero arreglar el lado malo. "A mi me paso lo mismo una vez y..." no, basta, cállate, esto me esta pasando a mi ahora y yo no soy vos.

Pero a pesar de todo, de alguna forma u otra, termino contándole a alguien cómo me siento. Finalmente me termino abriendo y termino contando todo eso que no quiero contar. Y sí, hablar de mi familia es un tema que me molesta mucho porque me avergüenzan. Pero recalquemos el hecho de que ninguno de mis familiares es normal.

A veces siento como el odio se convierte en una rara una mezcla de tristeza y decepción. Nunca nada es suficiente, para nadie. Ni para papá, ni para mis tíos, ni para mi abuela, ni para mamá, ni para mis amigos y amigas, ni para mis hermanas, ni para nadie. Porque siempre encuentran una excusa para todo. Familia, yo no soy una piedra. Y yo también siento. Y si pudiera cambiar las cosas, si pudiera ser mejor... les juro que lo haría.

"Te quejas de que no tenes amigos no te queres ni vos".

"No voy a entender nunca, por qué mierda la tuve que conocer. Lo único que hace es basurearme."

"En mi cabeza únicamente pasa “Me odia, me odia, me tiene asco, siempre fui un payaso para ella"."

Quiero escribirles, quiero decirles tantas cosas que voy a olvidar y que van a quedar en la nada. Seguramente van a encontrar muy inmaduro de mi parte todo lo que estoy haciendo, pero lo que ustedes hicieron tampoco es demasiado maduro. Redescubrí que los amigos, incluso los mejores, también rompen corazones. Y no puedo parar de llorar cada vez que pienso en eso. Confié en ustedes, intente explicarles las cosas tantas veces. Intente hacerlos sentir bien, incluso cuando yo estaba muriéndome. Y estoy tan cansada de que siempre me pase lo mismo, me siento tan sola, tan vacía.

No, la verdad es que no me quiero. Pero eso no quiere decir que no pueda quererte, cosa que siempre hice. Me gustaba que habláramos tan seguido, me encantaba. Y te consideraba uno de mis mejores amigos, de los mejores. ¿Por qué justamente vos tenías que pegarme tan fuerte?

Y a vos nunca te odie. Nunca. Creo que fuiste vos quien se rió de mi siempre, fuiste vos quien siempre me basureo. Se que te encanta reírte del cáncer, del sida, de los nazis y los judíos, pero en especial de las personas, sobre todo de mi. ¿Te arrepentís de haberme conocido? Entonces me borro de tu vida. Así como vine, me voy. Y que te odio, te odio y mucho. Mi cuerpo es demasiado chico para cargar con tanta bronca encima. ¿Qué te costaba decirme las cosas a mí en vez de publicarlas en un estúpido sitio de internet? ¡¡Por Dios, no te costaba nada!! ¡¡TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO CON TODO LO QUE PUEDO ODIARTE!! 

#NOTAMENTAL #AHORASITEODIO

Te cansaste de publicar en internet que me odiabas, que te arrepentías de haberme conocido. Te cansaste de decir que me burlaba de vos. Y ahora, vas por ahí, diciéndoles a todos que estas mal y que es mi culpa. Y todos te defienden, y todos te creen, y te gusta. Te gusta saber que soy yo la que esta mal. Te gusta saber que al parecer la culpable de tus inventos, soy yo. Quiero que sepas que yo no hice nada, que todo esto es TU CULPA. Y que sino te odiaba antes, ahora lo hago. Por favor, no aparezcas más, no quiero verte. Anda a contarle tus inventos a todo el mundo, menos a mi. ¡Yo ya no te creo nada!

Si vas a romperme el corazón, si vas a destruirme, hacelo ahora y hacelo rápido. No pierdas más tiempo. No quiero pelearla más, no quiero sufrirla más.

A veces me parece que veo a la gente como... demasiado perfecta. Sonrisa perfecta, pelo perfecto, piel perfecta, voz perfecta, formar de caminar perfecta. Después estoy yo. Me miro a mi misma y me dan ganas de arrancarme la piel con los dientes y prenderme fuego. ¿Cómo es posible que exista una cosa como yo en el planeta tierra? ¿Cómo es que no me exterminaron cuando nací? Sinceramente, no lo entiendo. Y no, no digo todo esto para dar pena, es que las cosas son así. Y es mejor que empiece a aceptarlas, que me acostumbre a este cuerpo de monstruo mutante.

¿Qué es eso a lo lejos que viene arrastrándose? Sip, seguramente sea mi autoestima.

La gente cree que me gusta ser así, que me gusta pensar en mi suicidio, en dolor, en las cosas malas la vida. La gente no sabe lo que es que mi cabeza sea tan poderosa, tan fuerte, tan destructiva. Mi propia mente me esta matando y no puedo controlarlo, por mucho que lo intente.

Quiero ser feliz, quiero ser normal, no quiero pensar más en suicidio, no quiero pensar más en mil maneras de quedarme dormida para siempre, no quiero seguir viéndole el lado malo a las cosas y tampoco quiero ser negativa para toda la vida. No quiero caminar más por la calle, con la esperanza de que un auto me pase por encima, de que me caiga un meteorito en la cabeza y me mate. Simplemente, no quiero pensar así pero no puedo evitarlo.

A todo el mundo les pasan pensamientos como estos por la cabeza, si, pero me están destruyendo. Mi mente piensa, calcula y re calcula cada paso que doy, cada cosa que hago, incluso cada pensamiento que tengo. Y cuando me rio, pienso que me rio mucho y que esta mal. Y cuando lloro, pienso que no tengo que llorar, que soy más que eso y dejo de llorar e intento ser fuerte. Pero no soy fuerte, soy débil, y lloro de nuevo. Y cuando hablo con alguien, pienso que estoy hablando mucho y me callo. Pero me callo, y siento que tengo que hablar porque no quiero escucharme... "Debe pensar que estoy loca". Y lo estoy, sí, pero tengo que esconderlo. No busco llamar la atención, no. Quiero ser normal, no quiero pensar tanto.

Tampoco hablo con nadie sobre el tema, es difícil y a nadie le interesa. ¿Por qué les va a importar lo que yo pienso? Pienso a mil por segundo, y ninguno de mis pensamientos tiene sentido. Y además, contarle a alguien lo que pienso implica tener que escuchar lo que ellos opinan de mis pensamientos... ¿y qué van a opinar? Que si, que definitivamente quiero llamar la atención. O que estoy loca, también. Y no, no lo estoy. Y no, no busco llamar la atención, no es eso lo que busco. No sé lo qué busco.

Y creo que acá esta la finalidad del blog, para que algún día, cuando todos mis pensamientos e ideas se reacomoden, lea estas estúpidas entradas y diga "sí, buscaba llamar la atención, tal vez si". O puede que siga pensando igual acerca de todo y de todos, y termine peor. Eso no lo sé. Supongo que en un futuro se verá.

Todo va a estar bien, las cosas mejoran de vez en cuando. Todos pasamos malos momentos, nada es para siempre. Siempre digo esto, aunque mucho no me lo creo. Pienso que si sucede alguna cosa, por algo será y que sus consecuencias, serán para siempre. Pero a mi no me hagan caso, después de todo, puede que si este un poco loca.

A partir de hoy voy a escribir para mi. No me importa si los demás no piensan o sienten lo mismo que yo, me canse de intentar hacer todo bien. En especial, ya no voy a escribir más para él o, al menos, voy a intentarlo. ¿Para qué torturarme de esa manera? ¿Por qué? No me lee, no lo leo, se termino y las cosas tienen que seguir. Hay tantas cosas que me hubiera gustado decirle, pero no tengo que estar escribiéndolo en un blog, ni mucho menos andar diciéndoselo a los demás: eran nuestras cosas, eran nuestros secretos, nuestras "miradas" con las que entendíamos todo, eramos nosotros y se termino.

Ahora puedo mirar atrás y sonreír, ahora puedo aceptar esos recuerdos como algo bueno, por más que yo haya intentado borrarlas. Pero, ojo, atesoro los recuerdos, no a él. Él puede tranquilamente irse al mismísimo infierno. Toda la perfección y hermosura que yo le veía, ya no existe. Él es ahora parte de la larguísima lista negra de gente que no necesito en mi vida. Suficiente destrucción tengo conmigo misma.

A pesar de todo esto, tengo miedo. ¿No es irónico? Tengo miedo de olvidarlo, y a la vez, tengo miedo de no volver a querer a nadie nunca más. Simplemente, no recuerdo como me sentía antes de él.

Masoquista.

Ya paso un mes y las cosas siguen iguales. No veo ningún interés de su parte en querer aclarar las cosas y prefiero que sea así. Y cuando digo "así", me refiero a él en mi cabeza, en mi alma, en mi corazón... y no en mi vida. ¿Por qué, sencillamente, no puedo olvidarlo, dejarlo pasar? 

No veo cuál es el sentido de darle t o d o a una persona, para después recibir mentiras, promesas con los dedos cruzados y abrazos sin cariño. Creo que, sencillamente, soy una masoquista de mierda en el amor. Y confió, sé, que las cosas van a estar bien. No ahora, pero en algún momento, lo estarán.

Te extraño y no lo quiero reprimir más.

Estoy inmersa en un circulo vicioso, del cual no voy a salir fácilmente. Mis días han pasado a ser un «te extraño» constante. ¿Quién diría que, de la nada, vos dejarías de extrañarme, de necesitarme, de quererme como lo hacías?

Y ahora, no importa lo que haga, siempre estas ahí, en todos lados, recordándome que debo olvidarte. Porque ahora le das la mano a ella, ahora la abrazas a ella, ahora la besas a ella. ¿Y yo? ¿Y mis abrazos? ¿Y mis besos?

Asumo la culpa de todo esto, porque lo podría haber evitado. Y me arrepiento, me arrepiento de haberte dado mis abrazos, mis besos, mi mano.